42 Se les unió por entonces el grupo de los asideos, israelitas
valientes y entregados de corazón a la Ley.
43 Además, todos aquellos que querían escapar de los males, se les
juntaron y les ofrecieron su apoyo.
44 Formaron así un ejército e hirieron en su ira a los pecadores, y a
los impíos en su furor. Los restantes tuvieron que huir a tierra de gentiles
buscando su salvación.
45 Matatías y sus amigos hicieron correrías destruyendo altares,
46 obligando a circuncidar cuantos niños incircuncisos hallaron en el
territorio de Israel
47 y persiguiendo a los insolentes. La empresa prosperó en sus
manos:
48 arrancaron la Ley de mano de gentiles y reyes, y no consintieron
que el pecador se impusiera.
49 Los días de Matatías se acercaban a su fin. Dijo entonces a sus
hijos: «Ahora reina la insolencia y la reprobación, es tiempo de ruina y de
violenta Cólera.
50 Ahora, hijos, mostrad vuestro celo por la Ley; dad vuestra vida por
la alianza de nuestros padres.
51 Recordad las gestas que en su tiempo nuestros padres realizaron;
alcanzaréis inmensa gloria, inmortal nombre.
52 ¿No fue hallado Abraham fiel en la prueba y se le reputó por
justicia?
53 José, en el tiempo de su angustia, observó la Ley y vino a ser señor
de Egipto.
54 Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, alcanzó la alianza de un
sacerdocio eterno.
55 Josué, por cumplir su mandato, llegó a ser juez en Israel.